Darwin llamó a su obra Sobre el origen de las especies “un argumento largo”.1 Era un argumento que se oponía a la doctrina de que las especies habían sido creadas individualmente, y un argumento que proponía la hipótesis de que todos los seres vivos son los descendientes modificados de uno o unos pocos ancestros comunes. Pero la hipótesis no fue apoyada en 1859, y la evidencia es todavía insuficiente. La homología se ha convertido en un razonamiento circular. El registro fósil sigue siendo, en el mejor de los casos, inconcluso (y probablemente opuesto al gradualismo darwiniano), y la filogenia molecular está plagada de inconsistencias. La selección natural y la mutación no producen más que cambios dentro de las especies existentes. Y el origen de las especies, el problema central de Darwin, sigue sin resolverse.

Sobre el origen de las especies puede haber sido un largo argumento, pero desde el punto de vista de la ciencia empírica, las continuas afirmaciones de que la evidencia de la evolución es “incontrovertible”2 (como dijo Richard Dawkins) podrían denominarse mejor como grandes pretensiones.

Notas

  1. Darwin, Origin of Species, 1st ed., 459. 
  2. Richard Dawkins, The Greatest Show on Earth: The Evidence for Evolution (New York: Free Press, 2009), vii. 

Artículo publicado originalmente por Jonathan Wells Ph.D. en Evolution News & Science Today